Sergio Massa y el diputado Eduardo "Wado" De Pedro reunieron este lunes al gobernador de Chubut Mariano Arcioni junto intendentes y legisladores provinciales, para garantizar la unidad peronista que lo ayude a sostener la presión de los gremios por el atraso en el pago de sueldos.
El encuentro se llevó a cabo en las oficinas del líder del Frente Renovador en avenida Libertador y uno de los invitados fue el diputado local del Frente para la Victoria, Blas Meza Evans, quien en los medios locales pidió que Arcioni sea sometido a juicio político.
El gobernador cree que detrás suyo está el ex candidato a gobernador Carlos Linares y es un problema para la campaña de Alberto y Cristina, quien en febrero intentó la unidad peronista en Chubut, no lo consiguió y los dejó competir divididos. Arcioni se consagró y festejó con Massa en el escenario y Fernández en un móvil en vivo en C5N.
El tigrense y Wado aseguraron que el Gobierno encontró en la crisis de Chubut una posibilidad de pegarle al frente Todos y algunos asesores del gobernadores hicieron circular informes sobre supuestos trolls agitando las marchas en las redes sociales.
Participaron de la reunión Diego Bossio, el presidente del bloque de diputados provinciales que responde a Arcioni, Jerónimo García; los intendentes de Puerto Madryn, Ricardo Sastre; de Trelew, Adrián Maderna; y el secretario general del sindicato de Petroleros y Gas Privado del Chubut, Jorge Ávila.
También estuvieron el viceintendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque; los diputados provinciales Carlos Gómez, Gustavo Fita, Gabriela Dufour y José Grazzini, aunque todas las miradas se las llevó su colega Meza Evans. Completaron la mesa el senador nacional Juan Pais, el dirigente Gustavo Mac Karthy y el diputado nacional del Frente Renovador, Raúl Pérez.
Chubut atraviesa una crisis sin precedentes hace semanas, cuando Arcioni no pudo pagar los sueldos a tiempo, los sindicatos salieron a las calles a reclama y el martes pasado hubo un incendio de la Legislatura local durante una manifestación.
La furia se había agravado cuando se supo que Arcioni había incrementado su sueldo un 100% y dos docentes de Comodoro Rivadavia fallecieron en un accidente de tránsito al regresar de una protesta.
Además de sospechar de una presión del Gobierno nacional para estallar su provincia en plena campaña electoral, el gobernador ve mucho fuego amigo, no sólo entre sus legisladores sino también del intendente Sastre, que es su vicegobernador electo. En su entorno aseguran que entabló una relación cercana con la Casa Rosada a través de Miguel Pichetto y esperaba otro resultado en las primarias nacionales.
Fue uno de los adoctrinados para la unidad por De Pedro y Massa, cuya reacción coordinada cristaliza cómo podría repartirse el poder en un gobierno de Alberto Fernández. El diputado de La Cámpora lo acompaña en cada recorrida y es uno de los potenciales ministros del Interior y el tigrense sería presidente de la Cámara baja, donde las provincias intentan resolver muchos de sus problemas financieros con nuevas leyes.
Con la excepción de algunos legisladores que no zanjan heridas, el kirchnerismo fue un sostén de Arcioni en estas semanas. El miércoles pasado, en la sesión del Senado, la compañera de Cristina Nancy González le reclamó al Gobierno ayudarlo a cancelar los sueldos a tiempo y evitar el conflicto.
Rogelio Frigerio envió las planillas con los giros a Chubut y no descarta un nuevo adelanto para que estatales y docentes vuelvan a sus puestos de trabajo, pero desde el Consejo federal de Responsabilidad fiscal destacan que en el tercer trimestre de 2018 y 2019 Arcioni aumentó el gasto primario un 88% y un 93% el corriente.
El gobernador niega esas cifras y habla de un simple "descalce" financiero iniciado cuando pagó los aguinaldos y no pudo cumplir con los aumentos salariales prometidos durante la campaña. Podría cubrirlos con un adelanto de coparticipación. Todavía no le llega.
